Segovia: plató de rodaje de grandes producciones de los 50

Si en el siglo XXI muchas productoras internacionales están descubriendo España como un gran plató de cine y televisión, quizás a algún turista de pantalla le sorprenda saber que, a mediados del siglo XX, nuestro país ya era la meca de muchos directores norteamericanos y europeos. Buena parte de esa fama se la debemos al inefable Samuel Bronston, y a los grandes estudios que creó en el Madrid de la posguerra mundial. Pero la mayor parte del éxito de España como lugar de rodaje se debe a las virtudes de ciudades como Segovia, que aúnan en un mismo espacio joyas romanas, medievales y modernas.

“Érase una vez… en Segovia”

Segovia es, en sí misma, un plató de cine. El acueducto, la catedral y el alcázar, emblemas de la ciudad, son escenarios recurrentes para la industria cinematográfica. La primera gran producción extranjera que se dejó caer por la capital castellana fue “Érase una vez” (extraña traducción del original “Decameron nights”).  Como su título en inglés indica, esta película reunía cuatro historias de amor extraídas del “Decamerón” de Boccaccio. Lo más interesante de esta producción de 1953 fue que llevó a las ilustres calles segovianas a Joan Fontaine, Louis Jourdan y a una jovencísima Joan Collins.

Vista lateral del acueducto / Castilla y León Film Commissionn

Para entender la fascinación que podían suscitar estrellas de tal calibre en aquella época, hay que pensar que el cine era prácticamente el único entretenimiento para la mayoría de la gente en aquellos años. Joan Fontaine acababa de interpretar el papelón de “Rebeca” por el que había ganado un óscar, y Jourdan era un galán francés al alza en las producciones internacionales. De hecho, se dice que durante su estancia en la ciudad del acueducto, las exigencias de ella estuvieron a la altura de las de cualquier diva de Hollywood. Al parecer, la actriz impuso que el resto de los huéspedes no utilizaran el ascensor del hotel por las noches para que no incomodaran su sueño. Dicho hotel, Las Sirenas, aún existe frente a la iglesia de San Martín y es un gran lugar de referencia para el turista de pantalla. Otros escenarios por los que se vio a Jourdan, Fontaine y Collins fueron la plaza mayor (que simulaba ser la de la ciudad italiana de Fiésole), y una casa blasonada que se alza en el número 13 de la calle Escuderos, que esconde un precioso patio renacentista que sirvió como escenario a uno de los episodios del film.

Orson Welles y los cochinillos de Cándido

Corría el año 1955 cuando aterrizó en plena plaza del Azoguejo, a los pies del acueducto, el conocidísimo actor y director Orson Welles. Por aquel entonces, Welles ya se había consagrado por obras maestras como “Ciudadano Kane” y “La dama de Shanghai”. Harto, al parecer, de que Hollywood no entendiera su libertad creativa, Segovia le pareció una localización inmejorable para rodar “Mr. Arkadin” aprovechando las posibilidades cinematográficas de Pedraza y de algunos de los rincones más emblemáticos de la ciudad de Segovia: la Puerta de San Andrés, la plaza del Azoguejo, el alcázar y la Fuencisla. El flechazo se prolongó, porque diez años después volvería a hacer protagonista al alcázar cuando rodó “Campanadas a medianoche”.

Panorámica de Segovia con el alcázar y la catedral al fondo / Castilla y León Film Commission

Además del rodaje en sí, quedan numerosas anécdotas de su paso por la ciudad. Especialmente, su gusto por la cocina del conocido Mesón de Cándido, donde dicen las crónicas que era capaz de devorar un cochinillo en lo que se fumaba uno de sus famosos puros. Por cierto que, además de ser una institución gastronómica, Cándido es un museo de historia del cine. De sus paredes penden fotografías con todas las estrellas que pasaron por sus salones y en sus libros de dedicatorias se pueden encontrar firmas tan ilustres como las de Edward G. Robinson, Cary Grant, Frank Sinatra, Sophia Loren o Charlton Heston.

“Orgullo y pasión”: Historia del cañón que se recorrió media España

En 1957, Stanley Kramer vino a España para dirigir “Orgullo y pasión”, una superproducción ambientada en la Guerra de la Independencia. De los aspectos curiosos de la película podemos destacar su argumento: el protagonista es un gigantesco cañón destinado a conquistar una ciudad amurallada (Ávila) ocupada por las tropas francesas. Hasta aquí, todo normal. Lo curioso del tema viene cuando vemos que, en una escena de la película, el cañón sale de El Escorial para llegar acto seguido a los pies del acueducto. Otro maravilloso giro del guión es que, para entrar en Segovia, los guerrilleros utilizan la argucia de camuflar el cañón en una procesión de Semana Santa. 

Los personajes principales fueron encarnados por Sophia Loren y Frank Sinatra, en el papel de guerrilleros españoles –ahí es nada- y Cary Grant, como el oficial inglés que les acabaría ayudando en su lucha. La estancia de estas súper figuras del star system hollywoodiense, fue uno de los grandes acontecimientos de la época en la ciudad. Además de rodar en numerosas localizaciones (acueducto, alcázar, calle Real), todo el elenco se alojó en el hotel Las Sirenas (que, claramente era “el hotel” de la época). Para la ocasión se renovó la suite que ocupó Sophia Loren, y que hoy en día conserva el mobiliario original. Por las escaleras que llevan a las plantas superiores, dicen las crónicas que subieron a gatas alguna que otra noche unos alegres Sinatra y Grant.

Alec Guinness, Mel Ferrer y James Mason tuvieron Casa en Segovia

Todos ellos rodaron allí “La caída del imperio romano” en 1963. La superproducción de Samuel Bronston acercó a Segovia a una miríada de estrellas de la época: Mel Ferrer, Stephen Boyd, Alec Guinness, Cristopher Plummer, Omar Sharif, James Mason y, sí, de nuevo, Sophia Loren.

Casa de la Moneda vista desde El Parral/Castilla y León Film Commission

Mason se enamoró hasta tal punto de Segovia que frecuentó durante años la casa que se compró en el tranquilo barrio de las Canonjías, justo al lado del arco que adorna la calle Velarde. Desde ella podía disfrutar de una vista privilegiada sobre el monasterio del Parral y la alameda que bordea el río Eresma, uno de los lugares más hermosos de la ciudad. 

Precisamente el monasterio del Parral fue uno de los lugares más frecuentados por Alec Guinness durante su estancia en Segovia. El intérprete británico se acababa de convertir al catolicismo y tenía debilidad por la misa en canto gregoriano del monasterio, que aún se sigue celebrando. Al igual que Mason, llegó a tener casa propia en la ciudad, un edificio blasonado en el barrio de San Marcos. En cuanto a Mel Ferrer, le gustó tanto la zona que rodó sus siguientes películas en España, tomando como base su casa de Segovia. 

Además de la mejora del patrimonio inmobiliario de estos reconocidos actores, “La caída del imperio romano” fue un auténtico acontecimiento en Segovia y los bosques de Valsaín. Nada menos que 5.000 extras de la capital y los pueblos del entorno hicieron de romanos, persas, bárbaros o egipcios según exigiera el plan de producción de cada jornada. Esta superproducción se rodó, además, en otras localizaciones españolas como Sagunto, Valencia, Madrid, Manzanares el Real y la sierra de Guadarrama.

Y sí: “El Cid” también pasó por Segovia

Si “La caída del imperio romano” y “Orgullo y pasión” recorrieron varias provincias en busca de escenarios, lo de “El Cid” fue un auténtico periplo alrededor de la Península. Siguiendo los pasos del auténtico Rodrigo Díaz, el equipo de Anthony Mann rodó en León, Ávila, Ampudia (Palencia),  Burgos, Calahorra (La Rioja),  Belmonte (Cuenca), los estudios Chamartín en Madrid, Manzanares el Real, Peñíscola (Castellón), Gormaz (Soria), Toledo, Torrelobatón (Valladolid), Ripoll (Girona) y, por supuesto, en Segovia. 

Una de las actrices más asiduas a la ciudad fue la italiana Sophia Loren, que en menos de diez años, rodó en Segovia “Orgullo y pasión”,  “La caída del imperio romano” y “El Cid. Entre sus preferencias gastronómicas también estaba el cochinillo de Cándido y, por otro lado, los dulces de la pastelería El Alcázar, situada en la plaza mayor. Por allí también se vio al mismísimo Charlton Heston.

El Alcázar: versátil y fotogénico

Con permiso del acueducto, el alcázar es, sin duda, el edificio más cinematográfico de la ciudad y posiblemente uno de los más filmados de la Península. Su perfil inconfundible asoma en películas de todos los géneros y épocas. Como vimos, en 1955 Orson Welles lo utilizó como residencia del enigmático “Mister Arkadin” y poco después se rodaron en él muchas escenas de “La princesa de Éboli”, una trama histórica protagonizada por Olivia de Havilland y realizada por el británico Terence Young, que más tarde se haría famoso por dirigir las primeras entregas de James Bond. 

Vista del alcázar / Segovia Film Office

La versatilidad del alcázar como escenario quedó demostrada durante el rodaje de las dos películas de Richard Lester consagradas a los mosqueteros y en cuyo reparto figuran actores de la talla de Cristopher Lee, Michael York, Faye Dunaway, Raquel Welch y Oliver Reed. En la primera entrega, “Los tres mosqueteros”, el alcázar hacía el papel de castillo de Richelieu, y en la segunda entrega, “Los cuatro mosqueteros”, pasaba a ser la fortaleza parisina de La Bastilla. Pura magia del cine. 

La lista de producciones clásicas rodadas en Segovia no acaba aquí, puesto que la capital castellana ha sido y sigue siendo, destino de numerosos rodajes. Para el turista de pantalla que quiera conocerlas todas, Segovia Film Office ofrece la posibilidad de hacer varias rutas de cine. Una manera estupenda de revisitar una ciudad a la que se puede ir cien veces y vivir cien aventuras distintas.

Por María Parcero

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